En este mundo hay dos tipos de personas: las que saben hacer zapatos y las que creen que pueden hacer zapatos sin saber. Las primeras hacen aquello que conocen y, por supuesto, suelen hacerlo bien. Las segundas se atreven con cualquier cosa, aunque no lo hayan hecho nunca antes. Puede que alguna vez les salga bien, la vida está llena de casualidades. Pero, la mayoría de las veces, meten la pata. Y cuando el futuro de tu producto o tu marca y el dinero de tu empresa están en juego, es recomendable ser prudente. Zapatero, a tus zapatos